Ese mismo año se proclama también la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, con el objetivo de avanzar hacia la construcción de un Estado que reconociera, protegiera y garantizara condiciones de dignidad, establece el estándar común a ser alcanzado por todos los pueblos y naciones.

Esta fecha encuentra al mundo y al país atravesando la pandemia que resignifica estas raíces del Día Mundial de la Salud.

"El coronavirus puso al desnudo las condiciones de desigualdad, las disputas por el sentido y las políticas en el campo de la salud, particularmente en la tensión entre la salud como derecho y la salud como mercancía", subrayó también el Colegio Farmacéutico de Jujuy, en la fecha alusiva.

El Covid-19 resaltó que algunas personas pueden vivir vidas más saludables y tienen mejor acceso a los servicios de salud que otras, debido a las desigualdades en su posición, estatus y voz en la sociedad y las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajo y su edad.

En todo el mundo, algunos grupos no solo tienen acceso limitado a servicios de salud de calidad, sino que también luchan para llegar a fin de mes con pocos ingresos diarios, tienen un acceso más deficiente a condiciones de vivienda seguras y educación de calidad, menos oportunidades de empleo que paguen un salario digno, desigualdad, y tienen poco o ningún acceso a entornos seguros, agua y aire limpios y servicios de salud, y sufren inseguridad alimentaria.

Los grupos que más sufren estas desventajas son a menudo los que sufren discriminación étnica y de género. Estas condiciones pueden provocar sufrimiento innecesario, enfermedades evitables y muerte prematura. Y daña nuestras sociedades y economías.

Esto no solo es injusto: se puede prevenir. "Es por eso que pedimos a los líderes y dirigentes que garanticen que la equidad en la salud sea la pieza central de nuestra recuperación del Covid-19", señala la OMS en un reciente documento.

"Esto dará como resultado una región donde todos tengan condiciones de vida y de trabajo propicias para la buena salud, donde los sistemas de información en salud estén configurados para identificar a las poblaciones en situación de vulnerabilidad, donde la sociedad civil y los individuos sean socios en la búsqueda de soluciones donde ocurren las desigualdades y donde todos tengan acceso a la salud y la atención médica sin sufrir discriminación", amplía.

"Al mismo tiempo, instamos a los líderes y dirigentes a monitorear las inequidades en salud y garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad cuando y donde los necesiten", cierra la OMS.