No obstante, varias agencias estatales de protección de la salud y especialistas aseguraron que "es perjudicial" y prohíben "su uso y su venta al público".

Además, no está demostrado que la preparación con dióxido de cloro combata el coronavirus porque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta ahora ningún medicamento "ha demostrado prevenir o curar esta enfermedad”.

Luis Baraldo, doctor en Ciencias Químicas y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) explicó que “el dióxido de cloro es un oxidante enérgico y poco selectivo. Sirve para atacar al virus en una superficie inerte como una mesada o una pileta, pero en nuestro cuerpo es reactivo frente a las moléculas que constituyen el organismo”.

En este plano, Baraldo remarcó que "no es recomendable su ingesta" porque “el dióxido de cloro no va a distinguir entre el virus y nuestros tejidos” sino que “va a reaccionar sin distinguir con muchas moléculas; algunas, del virus, otras, de nuestras vías respiratorias”.

El producto está prohibido en la Argentina y el mundo

El dióxido de cloro es un derivado del clorito de sodio, una sustancia química que se utiliza como blanqueante en la industria papelera y textil.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió en la Argentina "el uso, la comercialización y la distribución de este producto" al considerar que por sus aplicaciones “debe ser tratado como un medicamento y no ha sido evaluado ni aprobado como tal".

El organismo nacional agregó que su consumo directo, en solución acuosa, puede provocar “dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”.

En tanto que la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) de los Estados Unidos también advirtió sobre los peligros para la salud en el caso de ingerir dióxido de cloro.

El Conicet también investiga sus efectos

El investigador de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y del Conicet, Carlos Gusils León, comentó recienteente sobre su investigación que consiguió financiamiento nacional para conocer el poder desinfectante de este producto en salas hospitalarias y elementos de seguridad personal como barbijos, batas e instrumental.

Asimismo el especialista tucumano dejó en claro que se descarta su uso y consumo que puede llegar a ser "perjudicial para la salud".